Lo único que vivimos es el Presente

Nuestra mente guarda cosas como si fuera una biblioteca,
nos gusta lustrar nuestros recuerdos, adorar nuestros pasados.
Pero lo único que existe es el Presente.

martes, 15 de julio de 2008

A mis amigos


Pasaron los años y llegue a viejo con 70 años vividos. Derrotas, alegrías, aprendizajes, fortalezas, enseñanzas y mi piel arrugada.
Mi mente alucinada.

Mis días de caminata que, le hacen bien a mi cuerpo, hace que mi sangre oxidada pueda circular por mis venas ya endurecidas.
Mis ojos nunca pudieron ver del todo bien, pero ahora se acostumbraron a la neblina.
¿Será que siempre fue así?

Caminaré mil caminos hasta encontrar la hierba que devuelve juventud a los viejos.
Los años me hicieron perder la memoria.
Y deje cosas en el camino.
Pero hay algo que me viene picando en la cabeza...
Hay algo que el tiempo hizo que se alejara por naturalidad propia y no logro recordar.

La mañana pretendía que caminara y así emprendí viaje hacia el asfalto.
Mis pies están hinchados.
La percepción que con los años aumentó, hizo que entrase a la casa de antigüedades del barrio.
Algo me hizo llegar ahí. Esa picazón cerebral hizo que llegara ahí.

Descanse un momento mis pies y mis ojos, ya sin esa neblina encima, desencadenaron una serie de imágenes al unísono: Una mesa redonda con vasos llenos de vino azul. Un LP de los Beatles rodando y un asado a medio hacer.
Inmediatamente mi mente se esclareció y mirando una foto, sobre un portarretrato viejo, vi a mis amigos.
No pretendía saber como llego esa foto ahí, agarre el retrato y me eché a correr, a buscar a mis amigos de siempre, a mis hermanos.
Corrí como un joven, corrí y corrí.
¿Se imaginarían a un anciano corriendo?

Sentía el dolor en mis huesos pero felicidad en mí ser. Volví al viejo barrio, a la vieja sala, a buscar a esos amigos, a los que la vida te va alejando pero que siempre volverás a ver.
Y fui cruzando la avenida y vi viejos correr con un retrato en la mano. Aumentados en cansancio pero felices como niños.

Y de golpe algo nos unió en ese instante. Aquella vieja vereda. Como una ruta en la memoria.
Nuestras sombras en el piso. Y al mirarnos todos, observamos el retrato y éramos nosotros.
Viejos, si. Pero siempre volviéndonos a encontrar.

(Dedicado a esos amigos, a los que uno eligió, y nunca va a dejar ir, a ustedes hermanos...
A veces pocas palabras son las justas y necesarias para demostrar la realidad. Esta en la mente de cada uno deducirlas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

If im in the situation of the owner of this blog. I dont know how to post this kind of topic. he has a nice idea.